Crítica de ‘Alien: Covenant’

1979 fue un año relevante en varios aspectos, sobre todo para aquellos que, al igual que el redactor de este artículo, nacieron a lo largo de él. Pero, si nos fijamos en el aspecto cinematográfico, cabe destacar que, a finales de aquel mes de mayo, vio la luz una película de la que aún se habla hoy en día, ya que, no en vano, fue la más taquillera del año. Por supuesto, me estoy refiriendo a ‘Alien, el octavo pasajero‘.

El éxito del filme, además de extender su fama a otros medios (como el de los cómics) dio paso a tres secuelas: ‘Aliens: El regreso‘ (1986), ‘Alien III‘ (1992) y ‘Alien: Resurrección‘ (1997), además de dos películas en crossover con otro horroroso monstruo cinematográfico: ‘Alien versus Predator‘ (2004) y ‘Alien versus Predator 2‘ (2007), que pasaron por la gran pantalla con más pena que gloria.

No obstante, las películas que formaron parte del crossover no fueron los únicos productos de la franquicia que no contaron con el favor del público, ya que lo mismo sucedió con las dos últimas entregas de la saga original, lo que dio pie a la idea de rodar una nueva secuela que eliminase a ‘Alien III‘ y a ‘Alien: Resurrección‘ de la continuidad, aunque el proyecto no ha llegado a materializarse a día de hoy.

Sin embargo, lo que sí se está llevando a cabo es una trilogía que sirva de precuela a las películas originales (al más puro estilo de la franquicia de Star Wars). La primera película de esta nueva fase fue Prometheus, mientras que aún es pronto para conocer datos de la tercera, porque ahora mismo se encuentra en cartelera la segunda, bajo el título de ‘Alien: Covenant‘, cuyo análisis podrá leer debajo del tráiler que te ofrecemos a continuación:

Bajo la dirección de Ridley Scott, y con más de dos horas de duración, el largometraje está protagonizado por Michael Fassbender (como los androides David y Walter), James Franco (en el papel del capitán Jacob Branson), Katherine Waterson (que interpreta a Daniels), Billy Crudup y Carmen Ejogo (que dan vida al matrimonio formado por Christopher y Karine Oram), Danny McBride y Amy Seimetz (que se mete en la piel de la pareja constituida por el piloto Tennessee y su esposa Faris), Demián Bichir y Nathaniel Dean (como el matrimonio formado por los sargentos Lope y Hallet) y Tess Haubrich (en el papel de Rosenthal).

También conviene tener en cuenta los papeles de Jussie Smollett (que interpreta a Ricks), Callie Hernández (que da vida a Upworth), Alexander England (que se mete en la piel de Ankor), Benjamir Rigby (que hace de Leward), Uli Latukefu (que encarna a Cole) y, por supuesto, Goran D. Kleut (como el monstruoso xenomorfo dispuesto a acabar con la vida de todos los personajes orgánicos).

Diez años después de los acontecimientos de la película anterior, la nave Covenant surca el espacio con destino al planeta Origae-6, donde se pretende establecer una nueva colonia. Pero, tras la accidental muerte del capitán Branson, el descubrimiento de un mundo mucho más cercano hace que los tripulantes de la nave decidan variar el rumbo y llevar a cabo sus planes en el nuevo y desconocido planeta. Allí se encuentran a David, único superviviente de la nave Prometheus (tras la muerte de Elizabeth Shaw), que es idéntico a Walter, el androide sintético que forma parte de la tripulación de la Covenant. Sin embargo, David oculta un oscuro secreto que podría significar la muerte para todos los seres orgánicos que se crucen en su camino.

Como sucede en casi todas las precuelas que son rodadas con posterioridad al material original, el metraje contiene varios guiños a la tetralogía clásica, siendo el más evidente de todos la anecdótica presencia del juguetito con forma de pájaro.

Mientras que en la película anterior nos hacían esperar hasta el último momento para mostrarnos un alien, en esta nueva entrega, la cosas se desarrollan de un modo bastante diferente, que es uno de los motivos para que el nombre del monstruo forme parte del título del filme. De hecho, las angustiosas escenas en las que el xenomorfo lleva a cabo sus sangrientos ataques, las cuales mantienen al espectador pegado al asiento, se encuentran al mismo nivel que las de las películas originales. Sin embargo, la sorpresa final que nos reserva el largometraje, la cual no desvelaré para no arruinarle el visionado a nadie, no logra el impacto deseado, ya que el espectador se empieza a oler la tostada con suficiente anticipación.

En definitiva, al hacer un balance global de ‘Alien: Covenant‘, podemos dictaminar que se trata de una correcta secuela de ‘Prometheus‘, que es justo lo que esperamos cuando acudimos al cine a verla. Ahora solo queda esperar que, cuando se decidan a llevar a cabo la siguiente película, el proyecto resultante encaje a la perfección con los acontecimientos narrados en ‘Alien, el octavo pasajero‘.

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