Reseñas DC: Trinity #1 de Francis Manapul

 
Trinity

Edición original: DC Comics.
Guión: Francis Manapul
Dibujo: Francis Manapul
Entintado: Francis Manapul
Color: Francis Manapul
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio:. 2,99$

 

Decía Leo Burnett, uno de los grandes creativos de la historia de la publicidad, que «la curiosidad sobre la vida en todos sus aspectos, continúa siendo el secreto de las personas más creativas». En ese sentido, imagino que Francis Manapul es un tipo muy creativo. Su Instagram, fuente de inagotable creatividad, nos muestra a un guionista diferente, que poco o nada pega con el típico dibujante de cómics de superhéroes. Más allá de como viste o como se expresa, su continua curiosidad por el mundo que le rodea le define, como el mismo Leo Burnett decía en ese maravilloso libro que es Branding Strategy Insider, un creativo de los pies de a la cabeza. No por nada es frecuente verle colaborar en múltiples proyectos de arte o probar continuamente nuevas formas de pintar y colorear con el fin de perfeccionar un trabajo que ya de por sí es uno de los más destacados en el mercado americano.

Para una persona tan creativa como él, no debe ser fácil moverse en las belicosas aguas del cómic de superhéroes. Manejado a su antojo por editores ansiosos de cifras positivas, debe ser cuanto menos laberíntico poder jugar con ideas nuevas cuando, además, parece demostrado que el público posee unos gustos más bien poco cambiantes. Me imagino, en este sentido, a Manapul haciendo acopio del convencimiento que la escritora Susan Sontag tenía en torno al concepto de la creatividad: «Amo las limitaciones, porque son la causa de la inspiración».

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Parece que Trinity #1 es la culminación de un largo camino que el autor y artista completo lleva recorriendo desde que aterrizó en la editorial. No lo tuvo difícil en su inicio: Geoff Johns supo captar su talento de forma temprana y no lo alejó mucho de su regazo, haciéndolo siempre que pudo su dibujante particular en series como Adventure Comics, The Flash o, más recientemente, Justice League. Sin embargo, las ambiciones del canadiense pasaban también por la palabra, por lo que es de suponerle muy poco titubeo cuando le llamaron para ponerse al frente de los guiones de la serie del velocista escarlata. Sería de extrañar que, viendo como arranca este número de la Trinidad de DC Comics, su elección para guionizar The Flash fuera casual, pues comparten algunos puntos en común: ambos tratan de la familia y de sus problemas, de cómo puede llegar a doler la pérdida y como puede llegar a ilusionar lo nuevo. La vida de Barry Allen es, precisamente, una de las más familiares que podemos ver en este basto universo de superhéroes.

Francis Manapul tiene clarísimo lo que quiere contar con este cómic. Con Trinity #1 cubre una necesidad que parecía alejada del Universo DC desde hacía bastantes años: la humanización de los personajes. Le bastan 24 páginas y una cena en casa de ese nuevo extraño en las vidas de los superhéroes de este universo llamado Clark Kent, junto con Batman y Wonder Woman, para hablar de la pérdida, de la familia, de la amistad, de la paternidad. En un mundo en el que Batman y Superman tienen hijos y son su mayor fuente de problemas, este cómic profundiza en ese aspecto tan humano como es la turbación continua de una madre o de un padre de que el mundo se vuelva un lugar tenebroso para su hijo. Tiene ocasión para mojar la galleta en la historia de DC Comics, haciendo mofa y homenaje de ella; también lo tiene para jugar al despiste con un Cliffhanger de altura que se relaciona con todo el contenido del tebeo y que vuelve a hablarnos de la infancia y, en definitiva, del ser humano.

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Poco se puede hablar, por otra parte, de su magnífico dibujo. Definir o juzgar la perfección es algo que no se debe hacer banalmente y en este caso estamos ante 22 páginas de una hermosura tal que son dignas de re visitar a diario con la lengua pegada a la barbilla. Manapul se diluye en su propio dibujo aportando no sólo la inventiva de presentar a los personajes conforme a viñetas formadas por sus símbolos, sino que vuelve a demostrar que no tiene freno coloreando lo que antes coloreaba Brian Buccellato de forma más exitosa y no tan recargada en un mar de acuarelas estudiado al detalle.

Es pronto para juzgarlo, pero este número 1 define y presenta de forma tan magistral la serie que da comienzo, que parece el definitivo traspaso de la creatividad en el dibujo del autor hacia el arte de escribir argumentos. Seguramente, cuando Albert Einstein decía que la creatividad era contagiosa, no sólo se refería a las distintas personas que pueblan este mundo, sino a las distintas facetas de un solo individuo.

Vía Zona Negativa http://www.zonanegativa.com/resenas-dc-trinity-1-francis-manapul/

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