Las influencias de Mark Millar en los 4 Fantásticos de FOX

Ya tenemos presta a debutar la nueva y polémica encarnación de los 4 Fantásticos en el séptimo arte. Después de las dos cintas anteriores de Tim Story, bastante fallidas, FOX, propietaria de los derechos cinematográficos del grupo Marvel, ha estimado hacer un nuevo inicio, alejando su propuesta de lo anterior, cediendo los mandos creativos a Josh Trank, cineasta que había conseguido un aceptable éxito de crítica y público con Chronicle, película de ciencia ficción con abundantes referencias al género superheroico. Después de un proceso bastante privado para los tiempos que corren, donde se cuelgan fotos y avances por doquier para aumentar el hype, ya tenemos el suficiente material gráfico, aparte de las declaraciones de los implicados (actores, director y productor), de que ésta no va a ser una interpretación al uso de la Primera Familia. Sabiendo que Mark Millar tiene un puesto de consultor en la citada productora para las licencias de la Casa de las Ideas (4F y mutantes), todo parece indicar que han tomado como base principal, no el material clásico iniciado a comienzos de los sesenta por Stan Lee y Jack Kirby, sino la línea Ultimate, un universo alternativo nacido en el siglo XXI para actualizar los principales iconos de la editorial para una nueva audiencia.

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Sin saber todavía el desarrollo ideado por Josh Trank, Simon Kinberg y compañía, pensamos que es interesante volver a recordar el trabajo de Mark Millar en los 4 Fantásticos, ya que junto a Brian Michael Bendis, fue el principal impulsor de la línea Ultimate. Quizás saquemos de aquí algunas ideas que estarán presentes en la cinta. Lo que es indudable es la relación del escocés con la franquicia cinematográfica y como tal, le dedicamos el siguiente estudio.

La Esencia de los 4 Fantásticos

Antes de entrar en materia, se hace necesaria una breve introducción a la versión clásica de los Imaginautas, ya que si anunciamos posibles cambios o alteraciones en la esencia básica del grupo en la versión Ultimate primero debemos observar el material de origen.

La colección de los 4 Fantásticos nace como una respuesta sui generis al repunte del género de los supers a primeros de los años sesenta. La historia es bien sabida por lo que, grosso modo, volvemos a repetir la historia de Martin Goodman, propietario de la editorial, lanzado a una carrera sin fin en pos de copiar la moda en vigor; carrera que exige a su editor jefe una nueva cabecera protagonizada por un grupo de superhéroes. El editor en cuestión era el atrevido Stan Lee, que llevaba trabajando en la editorial desde los años cuarenta y que a esas alturas estaba ya más que harto de las imposiciones de Goodman, un tipo que no apreciaba el material que editaba y que solo comprendía el color del dinero. Si hacemos caso de la más que endeble memoria de Stan, estaba resuelto a abandonar, pero su mujer le planteo un reto que no pudo obviar, hacer un grupo según sus propias reglas y ajustándose a los intereses del propio guionista-editor. Lee sintió que ese era su momento de claridad y se apresuró a contar con Jack Kirby, bastante alicaído desde que se separó de su más cercano colaborador, Joe Simon, viniéndose abajo su pequeño imperio por la crisis de finales de los cincuenta en el medio, y de vuelta en Timely-Atlas-Marvel para cubrir sus necesidades familiares. Juntos idearon un equipo de personajes que poco o nada se asemejaba a lo que se estaba publicando en aquellos momentos. Se trata de caracteres totalmente nuevos, pues recordamos que Timely tenía su repertorio de enpijamados (Capitán América, Namor, La Antorcha Humana, el Destructor….). Un grupo unido por lazos familiares que se embarcan en una aventura típica de la ciencia ficción.

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Reed Richards, Sue Storm, Ben Grimm y Johnny Storm. Recordamos esos nombres pues serán fundamentales en el devenir de la editorial, gracias a su excelente aceptación en el inicio de la nueva Era Marvel de los cómics. Richards es el científico del grupo, empeñado en realizar el primer viaje a la luna tripulado, adelantándose a su gran rival, la URSS. Para tal acción requiere la pericia de un experimentado piloto y ahí entra en acción Grimm, amigo desde la infancia de Reed y con un amplio historial de vuelo que incluye peligrosas misiones durante la II Guerra Mundial. Richards está enamorado de su dulce vecina, Sue Storm, a la que también involucra en la aventura junto a su hermano Johnny, joven temerario amante de los vehículos de motor. Los cuatro despegan hacia el espacio exterior cuando la misión se ve interrumpida al verse bañados los integrantes del vehículo tripulado por los inestables rayos cósmicos con insospechadas consecuencias para nuestros protagonistas. Para Richards supuso que podía moldear cualquier parte de su cuerpo a su antojo, adquiriendo el pomposo nombre de Míster Fantástico. Ben Grimm acabó transformado en un monstruo rocoso de fuerza sobredimensionada, al que sus compañeros bautizaron como la Cosa. Sue Storm obtuvo el dudoso poder de hacerse invisible, por lo que de manera consecuente adoptó el rol de la Chica Invisible. Por último, Johnny era capaz de encender su cuerpo en llamas, la Antorcha Humana, un concepto reciclado de la Golden Age pues Timely ya tuvo una primigenia Antorcha, un androide creado por el profesor Phineas Horton. Como ya hemos avanzado, un grupo nada convencional, no tanto por sus poderes o aventuras, una especia de mezcla de ciencia ficción y superhéroes, sino por su dinámica intrínseca.

Tanto Lee como Kirby se apresuraron a crear unos lazos muy específicos que superaban en mucho el hecho de ser simples colaboradores unidos para solventar amenazas comunes. Eran una familia. Sue y Johnny de forma evidente al ser hermanos de sangre; a lo que habría que añadir la especial relación, casi fraternal, entre dos amigos de la infancia como son Reed y Ben; sin olvidar que Sue y Richards estaban enamorados, llegando a pasar por el altar, oficializando los lazos y los votos entre ellos (adelantándonos a los acontecimientos, tuvieron dos descendientes, Franklin y Valeria). Como tal familia, tanto sus creadores originales, como sus más dignos sucesores (Roy Thomas, Marv Wolfman, John Byrne, Steve Englehart o Walter Simonson) han explotado el tema de las relaciones familiares, provocando momentos de especial cercanía pero también importantes disensiones entre ellos. Es lógico que el equipo haya adoptado el sobrenombre de la Primera Familia pues nadie como ellos en la editorial representa mejor el concepto de unidad familiar. Y eso que el reparto del grupo no ha sido siempre unitario durante su larga carrera editorial. Personajes como Crystal, Hulka, Medusa, Sharon Ventura, Pantera Negra, Tormenta… han formado parte de la mitología de los 4 Fantásticos.

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Foto montaje de Jack Kirby, transportándonos a dimensiones desconocidas

Pero si algo define de forma efectiva el discurrir de los Fantásticos es la ciencia ficción. Más allá de la dinámica superheroica inherente al género, la colección centra sus puntos fuertes en el descubrimiento, la capacidad de asombro y el abordar sugerentes conceptos relacionados con la ciencia ficción. Inexplorados poderes cósmicos, razas alienígenas, viajes en el tiempo, dimensiones alternativas, rudimentos de robótica, parajes ignotos situados en inverosímiles lugares….todo un caudal de conceptos desarrollados por Stan y Jack, pero también por sus continuadores en tan loable tarea. Las mejores etapas de los 4F son aquellas en que sus protagonistas han centrado sus esfuerzos en un continuo descubrimiento rodeados de los ambientes más sugerentes ideados por sus guionistas y dibujantes.

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Doom, siempre amenazante. Lápices obra del Rey

La galería de secundarios ha sido también un punto a destacar pues, durante un periodo de tiempo bastante notorio, todo el Universo Marvel terminaba por aparecer por las páginas del “Mejor cómic del mundo”. Galactus, Estela Plateada, Pantera Negra, los Inhumanos….pero si tenemos que quedarnos con una figura esa es la del Doctor Muerte. El gran antagonista de Reed Richards es un personaje de dudosa nobleza y porte aristocrático. Nacido como parte de una familia gitana habitual de la magia en la lejana nación de Latveria, Víctor Von Doom, nombre real del Doctor, sufrió la pérdida de su madre cuando era un apuesto joven a manos de elementos mágicos. Víctor comenzó una carrera en busca de la obtención de conocimiento, ya fuera de raíz científica o de origen místico. En ese peregrinar terminó recalando en la misma universidad norteamericana donde Reed Richards estaba empezando a despuntar. Los celos de Doom le llevaron a traspasar ciertos límites, provocando un accidente que le desfiguró la cara. Tras este incidente huyó de EEUU para recalar en las frías montañas del Himalaya, donde continuó con sus investigaciones, esta vez de tipo místico. Cuando fue capaz de obtener los suficientes rudimentos de magia y desarrollar una armadura súper tecnológica, dio un golpe de estado en su país de origen, pasando a ser soberano absoluto de Latveria. Con todo el aparato de una nación a sus espaldas, Víctor von Doom es uno de los villanos más impredecibles y peligrosos de la editorial; y como muestra el actual forjado a su imagen y semejanza durante las actuales Secret Wars de Jonathan Hickman.

La relación entre los distintos miembros del grupo, la búsqueda de lo fantástico, el antagonismo entre Reed Richards y el Doctor Muerte se puede decir que son características básicas de la cabecera durante los más de cincuenta años que han estado en el candelero. Numerosos autores se han afanado en darle lustre, dejándonos la triste noticia en fechas recientes de su cierre sine die, tras los infructuosos intentos de Matt Fraction y James Robinson de colocar en primera fila de la editorial a los Imaginautas. Sin entrar en teorías de la conspiración sobre su cierre, ya que los distintos integrantes de la cabecera ya están prácticamente recolocados (la Cosa con los Guardianes de la Galaxia, Johnny con los Inhumanos, grandes posibilidades de que tengamos a dos Reed Richards en el nuevo panorama…), lo cierto es que Marvel pierde una oportunidad de oro de volver a tener una serie donde la ciencia ficción y el sentido de la maravilla sean lo más destacable de la misma. Uno sabía que estando en leyendo las páginas de los 4F cualquier cosa podía ocurrir y eso no lo pueden decir históricamente muchas series. Porque a pesar de sus bajas ventas, el que fue el buque insignia de una era merece, ahora y siempre, una última oportunidad, un último baile, donde quizás, solo quizás, vuelva a sonar la melodía que un día iniciaron esas dos leyendas que son Jack Kirby y Stan Lee. Nuff Said.

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Universo Ultimate. Todo cambia, todo es nuevo

La línea Ultimate fue un proyecto largamente acariciado por el máximo responsable de la Casa de las Ideas, Bill Jemas, durante los postreros días del siglo XX y comienzos del siglo XXI. A pesar de la mala experiencia que supuso el Year One de John Byrne, que actualizaba el mito de Spiderman de cara a los años noventa, el mandamás estaba empeñado en reformular a los principales baluartes para los nuevos tiempos. Tantos años de historia, la tan traída llevada continuidad, era considerada por Jemas como un engorro para atraer nuevos lectores. Había que dar un lavado de cara considerable a los superhéroes Marvel y no cesaría en su empeño hasta conseguirlo. La buena suerte quiso que el bueno de Bill tuviera el suficiente tino para elegir dos guionistas que encararon con acierto la revisión de las primeras series de la línea Definitiva. Esos dos escritores fueron Brian Michael Bendis, que se encargó de dar forma al nuevo Peter Parker, y Mark Millar, que había supuesto una sugerente vuelta de tuerca al mundo mutante. Algo que tenían claro desde las altas instancias editoriales es que este nuevo panorama debía configurarse paso a paso, éxito sobre éxito, por lo que cuando las dos cabeceras ya citadas parecían plenamente asentadas para el aficionado, se buscó el momento adecuado para dar el siguiente paso, y ese paso indicaba en la dirección de los 4 Fantásticos, el buque insignia de un época y un clásico en la producción de la Marvel de aquellos tiempos.

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Con Bendis y Millar dando lo mejor de sí mismo en Ultimate Spider-man y Ultimate X Men, se buscó el escritor indicado para hacerse cargo de la Primera Familia en el nuevo Universo 1610. Y un nombre sobresalía en el staff editorial de los ya lejanos inicios del S XXI, Grant Morrison, guionista escocés que había revolucionado el mundo de los hijos del átomo en New X Men. Morrison presentó unos borradores que agradaron a Joe Quesada, Director Editorial y su gran valedor, donde el leit motiv principal se vestía de comedia de situación superheroica, obviando la versión del grupo de Brian Bendis que hizo debutar en Ultimate Marvel Team-up. Entre discusión y discusión, el escocés había decidido abandonar la editorial por lo que los Fantásticos quedaban huérfanos de autor. Pero la espantada de Morrison no varió los planes editoriales por lo que varios guionistas de la casa presentaron sus versiones de los Imaginautas. Curiosamente, fueron las propuestas de Bendis y Millar, dos tratamientos bien distintos, las que llamaron la atención sobre las demás, proponiéndose una reunión a varias bandas para ver como quedaba la situación. En un alarde de genialidad, se planteó que trabajaran a cuatro manos en la nueva serie, ya que ambos habían colaborado activamente en la formación y consolidación del Universo Ultimate. Los 4F definitivos pasaban a tener un equipo creativo de auténtico lujo, al que habría que unir en la parte gráfica los lápices de Adam Kubert, las tintas de Danni Miki y los colores de Dave Stewart.

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Víctor y Reed, dos estudiantes normales en el Baxter

Estaba claro que los autores, además de actualizar las esencias del grupo, iban a poner el ojo sobre aspectos más bien novedosos que permitieran separarse de sus contrapartidas del Universo 616. Por el tipo de narración escogido, el decompressed storytelling, veremos de forma pausada como se terminan uniendo Reed Richards, Sue Storm, Ben Grimm y Johnny Storm. Y para ello tenemos que echar la vista atrás, muy atrás. Millar y Bendis nos introducen a un Richards bebé que se nos atoja más inteligente de lo normal. Vemos su discurrir con el paso de los años donde su interés por la ciencia y su nula capacidad de socialización le traen los típicos problemas de la adolescencia (a quien no le han metido la cabeza alguna vez en el retrete). El caso es que el joven Reed tiene un valedor en la figura del fortachón Ben Grimm, su mejor, que decimos, su único amigo. Es el tal Grimm el que termina por sacarle las castañas del fuego ante la admiración del mayor de los Richards, cansado de que su hijo sea un cerebrín. Esa actitud agresiva por parte de su padre, marca el carácter del muchacho, empujado hacia la única salida que le queda, la ciencia. Mientras que sigue creciendo, agobiado por las travesuras de su hermana Enid, con un padre en abierta oposición y una madre que no sabe mediar entre ambos, el joven Richards consigue su objetivo: cree haber localizado otro plano de la existencia, una realidad alternativa. Y no solo eso, lo hace público en una feria de ciencias de instituto donde capta la atención de un visitante muy particular, un personaje llamado Lumpkin.

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Ultimate Ben Grimm, el amigo de la infancia de Reed

Este funcionario del gobierno estadounidense se pone en contacto con los padres del chaval para ofrecerle una oportunidad única, entrar a formar parte del cuerpo de investigadores del Edificio Baxter. Aquí los autores reconvierten el cuartel general de los 4F en un lugar lleno de ciencia y conocimientos donde tiene un papel preeminente el Doctor Franklin Storm, orgulloso padre de Sue, otra integrante del plantel de genios, y de Johnny. El doctor le da la bienvenida a Reed al Edificio Baxter a la vez que le enseña sus avances en los viajes interdimensionales, habiendo demostrado el pequeño de los Richards una habilidad innata para tal tipo de empresa. Es en este renovado ambiente de crecimiento cultural donde Reed se sentirá plenamente integrado, destacando como un genio precoz, y acercando posiciones con una Sue Storm entregada a la ciencia. Por estos pasillos veremos pasear como docentes a un tal Arthur Topovic (que tendrá sus más y sus menos con Franklin, provocando su salida precipitad del Baxter), a brillantes alumnos como Víctor Van Damme o al enlace militar con el gobierno, el General Thaddeus Ross. Entre Víctor y Reed se da un ambiente de lucha fría intelectual aunque ambos no dudan en colaborar por el bien del conocimiento. Esto conlleva que los dos científicos participen en el gran proyecto de Richards, el transporte de materia orgánica hacia la dimensión todavía desconocida.

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La transformación en la Cosa Ultimate

Con unos ya adultos (pero mucho más jóvenes que sus versiones 616) Reed, Víctor, Sue y Johnny preparados para un asombroso experimento en el desierto de Nevada, tenemos la sorpresiva aparición del mejor amigo de la infancia de Richards, Ben Grimm, forjado en la vida militar del ejército de los EEUU. Asiste a este evento como invitado de excepción pues las consecuencias desatadas serán insospechadas. Toma asiento en primera plana junto al resto del equipo científico cuando algo en el experimento sale realmente mal. Ante las sorprendidas miradas de los estamentos militares, los muchachos desaparecen en sus narices, cada uno transportado a diferentes lugares. Solo permanece en el lugar de los hechos un transformado Reed Richards, convertido en una especie de hombre elástico, con su tronco y sus miembros deformados. Ben termina tomando la apariencia de un monstruo rocoso de color naranja y Johnny, localizado en Francia, con la capacidad de encenderse como cual antorcha humana. Richards sigue torturado porque no sabe que ha podido fallar en sus cálculos pero sus actos han tenido unas terribles consecuencias. Como si fueran un trasunto de los cuatro elementos básicos, Ben (tierra), Johnny (fuego) y Reed (agua) se dan cuenta de que les falta por encontrar a Sue, que se ha desvanecido en el aire.

Localizamos a la hija de Franklin Storm en los estratos más profundos de la Tierra, con la extraña habilidad de hacerse invisible. Aquí se halla en manos de un viejo conocido, Arthur Topovic, instaurado como gobernante del sub mundo y proclamado como el Hombre Topo, con sus topoides como fieles lugartenientes. No podía ser de otra forma; como homenaje a los 4F tradicionales, el primer enemigo tenía que ser el Hombre Topo y Susan, la damisela en apuros. El resto de los integrantes del cuarteto tiene que lidiar con las consecuencias del accidente. Mientras que Johnny está más feliz que una perdiz, Reed se siente culpable por la situación en que ha quedado Ben, bastante descontento con su nueva apariencia. Pero no tendrán mucho tiempo para tirarse los trastos a la cabeza, ya que pronto deberán acelerar el aprendizaje de sus poderes al lanzar el Dr. Topovic un ataque directo a la superficie. Después de reducir el monstruo enviado por el Hombre Topo, el grupo decide ir bajo la superficie por si la extraviada Sue estuviera bajo tierra (muy lógico, ¿verdad?). Obviamente, se encontrarán con los topoides y con su amo y señor, dispuesto a dar mucha guerra.

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Topovic, ya con la personalidad de Hombre Topo

Tras el primer arco de seis números, donde la dupla planta las raíces del grupo y termina con el enfrentamiento con el Hombre Topo, la pareja se separa, cada uno a sus quehaceres. Estaba claro que dos estilos tan distintos (estudio de personajes y diálogos punzantes vs espectacularidad de blockbuster cinematográfico) no podían compartir espacio por mucho tiempo, por lo que fueron sustituidos para siguientes arcos por Warren Ellis, cuyo principal activo fue la búsqueda de Víctor (que no nos habíamos olvidado de él) y su transformación en el Dr. Muerte. Ahora sabemos que fue Van Damme el que modificó los cálculos de Richards, provocando el accidente que los convirtió en los 4 Fantásticos, que terminó por afectar al propio Víctor, otorgándole poderes especiales. Tras esta aventura, Ellis continúa con la temática de exploradores de lo desconocido con una saga que nos adentra en lo más profundo de la Zona N.

Las bases de la colección se habían asentado. Una dinámica de familia, con los acercamientos y enfrentamiento de rigor, con unos cada día más enamorados Sue y Reed (aunque en esta realidad Ben está enamorado de la señorita Storm, consiguiendo sus atenciones tras los hechos de Ultimatum), con el Dr. Muerte como su más representativo antagonista suponen rasgos reconocibles por el aficionado a los Fantásticos. A estos trazos característicos se une el componente de ciencia ficción y la interacción con el resto del Universo Ultimate. Parecía que teníamos colección para rato.

Mark Millar volvería a Ultimate Fantastic Four al acabar la etapa Ellis, más concretamente en 2005, acompañado en labores gráficas por el inefable Greg Land, dejando una importante trama que dio lugar a que en Marvel se extendiese una moda que traía de vuelta a los muertos vivientes. Todo comienza con una aventura basada en el viaje en el tiempo, con el equipo haciendo de superhéroes contra la opinión del Dr. Storm, empeñado en recordarle a Reed que es un científico y que se debe al edificio Baxter. Este Reed Ultimate parece descontrolado y sigue a su bola, traspasando las líneas rojas con sus experimentos. Se ha puesto en contacto con una versión más adulta de su yo actual, el cual le hace ver que Susan y él están destinados a casarse y tener descendencia. El escocés juega al despiste con el lector pues a nosotros nos parece, a simple vista, la versión 616. Pero la sorpresa estaba a punto de estallar.

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Festival zombi, by Greg Land

Reed es camelado por el su “otro yo” para que acceda a su mundo por un transportador interdimensional. El panorama no puede ser más desolador. Es un mundo muerto donde los únicos que sobreviven son versiones zombis de héroes Marvel y han convocado a Richards para que sea su comida. Con suerte consigue escapar del primer envite de los 4F zombis cuando se encuentra con una turba de supers descarnados y hambrientos. En ese momento aparece en escena Magneto, el único personaje con poderes que no se ha infectado, que convive con un grupo de humanos ocultos de los pútridos infectados. La otra parte del equipo Ultimate recibe la agradable visita de sus contrapartidas zombis, que son contenidas por Sue y compañía mientras viajan a la dimensión zombi para ayudar a Reed Richards a volver a la Tierra 1610. Tras una gran batalla y el sacrificio de un heroico Magneto, se da por finalizada la aventura en zona de muertos vivientes.

Obviamente, aquí no se termina la historia de los Marvel Zombis. De hecho, fue el comienzo de distintas series, empezando con el guionista Robert Kirkman, un habitual del género, hasta ser una publicación habitual durante una larga temporada en Marvel. De hecho su impronta ha llegado hasta las actuales Guerras Secretas, entendiendo la editorial que es un activo y patrimonio de la empresa a explotar. La historia completa de estos Marvel Zombis deberá ser contada en otro momento y con otra pluma. Nosotros recordamos que los 4F versión muertos vivientes continúan presos en el Edificio Baxter 1610 y que Millar los utilizará en su momento.

A su vuelta de la particular fiesta zombi vivida, el grupo deberá afrontar el retorno de la señora Storm. Mary, la madre de Johnny y Susan, estaba a ojos de sus hijos (con funeral y todo incluido) muerta y enterrada. Pero en realidad fue una mentira que les contó Franklin ya que su esposa estaba involucrada en un proyecto ultrasecreto que nadie debía conocer. Después de esta revelación, que traería de cabeza al más pintado y que sus hijos asumen en cuestión de segundos, descubrimos el calado del proyecto de Mary Storm: el descubrimiento de Atlantis. Pasamos a recordar el mito de la Atlántida, una tierra legendaria que desapareció en el inicio de los tiempos y con un desarrollo tecnológico envidiable. Ahora han sido capaces de localizar el continente perdido por miles de años y la doctora Storm ha vuelto a por ayuda. Millar intenta poner el ojo en las relaciones personales en este momento, pues a pesar de su aparente entereza, la joven Sue no termina de asimilar la situación. Toda la familia Storm, más los ya consabidos Reed y Ben, se dirigen al punto de encuentro para hacer oficial el descubrimiento. Pero hay alguien con quien no cuentan, Namor, el príncipe submarino.

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Namor y Sue posando del todo naturales

Para conocer la historia del Namor 616 hay que remontarse a las lejanas páginas de la Golden Age. Creado por Bill Everet en la entonces conocida como editorial Timely, fue parte de la andanada de Martin Goodman para subirse al carro de los superhéroes. Junto a la Antorcha Humana original y al Capitán América forman la sagrada trinidad Timely. Con la aceptación de la salida al mercado de Fantastic Four, Lee y Kirby lo introdujeron vía retrocontinuidad en el número cuatro de la colección, pasando a ser desde ese momento un secundario habitual, pasando de enemigo a aliado con la misma facilidad con la que se insinuaba románticamente a Sue Storm.

Millar parte de la misma situación conflictiva. Los Fantásticos han llegado a su terreno para molestar al pueblo atlante, cosa que no va a permitir. Por tanto, la lucha de rigor está garantizada. Consiguen reducir a Namor y llevarlo al Edificio Baxter, donde hace acto de presencia la actitud de superioridad tan característica en el personaje. Por supuesto, acaba encariñado con Susan y será su rechazo lo que provoque una desproporcionada batalla campal en las calles de Nueva York. En una trama que roza lo ridículo, dando pábulo a las dudosas habilidades de Greg Land, Namor organiza un maremoto que promete anegar la ciudad y que solo dejará pasar si la bella Susan le proporciona su premio, un simple beso. Después de una organizar tamaña lucha, todo se acaba cuando Sue besa (¿apasionadamente?) al príncipe submarino ante los celosos ojos de Richards. Y para cerrar tramas, Mary Storm vuelve a desaparecer aduciendo deberes ineludibles.

De momento, las intenciones del guionista escocés se basa claramente en hacer arcos argumentales donde se explore un concepto y pasar lo más rápido al siguiente, olvidando todo lo anterior, si exceptuamos a nuestros amigos zombis, todavía a buen recaudo en el Baxter. Richards sigue trasteando el concepto espacio-tiempo, sin saber lo que puede llegar a desencadenar. Susan, por su parte, se encuentra de excavación arqueológica en Chile donde localizan una extraña forma fosilizada reconocida por un nombre, Súper Skrull. Este término es harto conocido por el seguidor habitual, no ya de los Imaginautas, sino del Universo Marvel en general. Fue la primera raza extraterrestre creada en la Era Marvel, debutando en el #2 de los 4 Fantásticos. Eran unos seres con habilidades metamórficas, capaces de adoptar cualquier imagen a su antojo. En su visita a la Tierra suplantaron a Reed y sus chicos para intentar conquistar nuestro planeta. Tras ser derrotados y convertidos en vacas, el Emperador Skrull, enfadado con nuestros héroes, puso en marcha un experimento donde el mejor de sus ejemplares asumía los poderes combinados de los 4F, pasando a ser conocido como el Súper Skrull.

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Observamos como este Súper Skrull va en busca y captura de un momento único, pues Richards, con sus idas y venidas por el espacio-tiempo, ha provocado importantes cambios en el tejido. Sabemos del viaje del grupo a la Galaxia Skrull donde obtuvieron la cura de enfermedades y propagó una cantidad de súper-seres al desbloquear los genes que provocan las transformaciones, dando lugar a un planeta Tierra poblado por meta humanos. Este integrante de la raza skrull, bajo cuya alienígena apariencia esconde una soberana sorpresa, trata de evitar lo que él considera un desastre. Millar revisita un concepto tan asociado a la órbita de los 4F, aunque su tendencia a la grandilocuencia y el exceso no permite explorar en profundidad los sugerentes conceptos presentados. Pasa lo mismo con los Inhumanos, a los que le dedica un anual, apenas presentando a sus integrantes más conocidos para dejarlos escapar para no volver. Por lo menos en ese anual contamos con un arte más apropiado, en manos de Jae Lee, que aporta solidez al conjunto.

Y pasamos al último arco que afrontaron guionista y dibujante en perfecta armonía. El díscolo Johnny se ve afectado por unos extraños dolores y los análisis no son nada halagüeños. En la estancia en la Zona N (durante la etapa de Warren Ellis) el pequeño de los Storm fue infectado por un parásito que está devorando su tejido orgánico y que le provocará una muerte segura. Hay siete días para evitarlo. Todo el grupo tira de influencias para tratar de salvar a la Antorcha Ultimate y eso incluye visita a Latveria para verse con un viejo enemigo. Y ahí no acaban sus males ya que durante su ausencia se produce un hecho inesperado, la fuga de los 4 Terribles. ¿Y quiénes son estos personajes? Obviamente, hablamos de las versiones zombis de los Fantásticos, que han decidido autoproclamarse de tal manera. Este sobrenombre fue utilizado por Lee y Kirby, que reunieron un variopinto grupo, que incluía al Mago, al Hombre de Arena, Pete Pote de Pasta y a Medusa, que debían suponer un importante escollo en el camino de Reed y su gente.

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Imagen arquetípica de esta etapa. Lápices de Greg Land

La tensión en el Edificio Baxter va en aumento, con los elementos zombis sueltos y devorando sin cesar. Pero el panorama en Latveria tampoco es muy esperanzador. Para empezar, descubrimos que la doctora Storm está al servicio de Muerte, en un giro del todo inesperado. Tras este golpe de efecto, Doom muestra a Richards la esencia del parasito pero Víctor tiene una exigencia: ser Reed Richards. Sí, han oído bien. El monarca de una nación avanzada y plena en riquezas, con poderes y conocimientos tales para asombrar al humano promedio, aspira a vivir la vida de Richards. Con la Cosa y la Mujer Invisible fuera de la circulación, el líder de los 4F acepta el trato para salvar a Johnny. Con la personalidad suplantada Doom deberá hacer frente al parasito de la Zona N, a la vez que los Ultimates intentan contener la maldad que habita en el Edificio Baxter. Al final del día, el parasito es erradicado, los 4 Terribles contenidos y el Doctor Muerte muestra esa extraña cualidad de la honorabilidad en un villano. Punto final para una etapa recordada por alguna idea lúcida, golpes de efecto en cantidad y el dibujo de Greg Land.

Mark Millar y los 4F en el Universo 616

Aprovechamos la ocasión para echar un somero vistazo a la aproximación que hizo el escoces de la Primera Familia en el universo tradicional allá por 2008. Tras ser apreciado como un escritor de indudable éxito, parecía parada obligada dejar el sello en la colección de los 4 Fantásticos, además uniendo fuerzas con un viejo colaborador, Brian Hitch. Juntos habían asombrado al respetable con The Ultimates y eran conocidos por no pocos como “el mejor equipo creativo del mundo” por lo que parecían una elección ideal para “el mejor cómic del mundo”. Estamos en el universo 616 por lo que recuperamos las características básicas del grupo, añadiendo secundarios como Franklin y Valeria. En un ambiente distendido, Millar saca del baúl de los recuerdos a Alyssa Moy, una compañera de universidad con una inteligencia que rivaliza con la del mismísimo Míster Fantástico. Personaje creado por Chris Claremont y Salvador Larroca durante su etapa en los 4F, Moy representa un antiguo amor de Míster Fantástico que siempre aparece para amargar la existencia a la Mujer Invisible. Viene al Baxter para llevarse a Reed y presentarle el proyecto más grande en el que nunca han trabajado. Estamos hablando de Neo Mundo, un lugar artificial donde será realojada la humanidad cuando nuestro planeta azul, por la indolencia del género humano, deje de existir. Los autores, a la vez que profundizan en Neo Mundo, examinan con flashbacks los lazos que unen a Reed y a Alyssa, aportando un nuevo punto de vista a las relaciones personales del primero. Pero no todo va a salir según lo esperado. Según sus creadores, en Neo Mundo se han realizado una serie de ajustes, entre los que se encuentra la abolición de las armas de fuego. Y para el mantenimiento del orden se ha dado forma a Capi, un gigantesco robot equipado con la última tecnología. Este artefacto escucha la conversación entre Richards y sus anfitriones donde se habla del mundo exterior, donde sí hay armas de fuego. Capi, respondiendo a su programación, se escapa de la base situada en la inhóspita Alaska para descubrir un mundo agresivo que se propone erradicar. Una crisis de proporciones internacionales será desatada, con la presencia de los Vengadores siendo un imperativo necesario aunque será de nuevo Richards el que aporte el elemento definitivo para derrotar al perdido robot.

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Los Fantásticos según Brian Hitch

Las fichas para las siguiente jugada son dispuestas desde distintos ángulos, presentando de nuevo una saga ambiciosa a más no poder, al gusto del escocés. Aparición del Dr. Muerte en pleno edifico Baxter en busca de Reed Richards, asediado a su vez por un grupo de personajes con gran poder, autodenominados los Nuevos Defensores, controlados por un Dr. Banner con forma de Hulk inteligente. Tampoco debemos olvidarnos de Tabitha Deneuve, personaje que nos pasa desapercibido con su rol de simple niñera pero que esconde algo más profundo. Por otro lado, tenemos las revelaciones de Alyssa a Sue, donde nos deja ver el verdadero objetivo de Neo Mundo, un refugio elitista para gente poderosa, obviando al común de los mortales. Johnny es apresado por los Nuevos Defensores, espalda con espalda con Doom. Serán utilizados como batería para dar energía a una máquina muy especial, Galactus, el Devorador de Mundos.

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Tabitha Denueve, misteriosa secundaria en la cabecera

El dr. Banner nos cuenta la historia de su procedencia y para ello tenemos que desplazarnos al futuro donde el mundo que ahora conocemos es impracticable. El Hulk inteligente da con una idea que parece agradar a todos los héroes allí presentes: viaje al pasado para adueñarse de un planeta todavía sano, por lo menos no moribundo como el suyo. Atacaron al Galactus de esa era e hicieron el salto temporal, llegando a la época actual. El objetivo es trasladar a millones de personas que están abocadas a una muerte segura en el futuro e instalarse en Neo Mundo, donde podrían comenzar de cero. La adorable anciana Denueve se nos muestra como el auténtico cerebro tras la operación y no podrá contar con que el resto de compañeros de la Antorcha Humana se lo ponga fácil. Y más cuando Víctor von Muerte es liberado de sus cadenas, provocando el gran momento de la historia, con la muerte de un importante miembro de la Primera Familia

Aviso de Spoiler

Hablamos de Tabitha Denueve, en realidad la Mujer Invisible anciana del futuro, castigada por Muerte por mancillar su honor.

El escocés se da el gustazo de contar una historia de los 4F totalmente intrascendente cuyo único valor es situarlo en su madre patria, con toda la imaginería posible de la Escocia mítica. Pero vayamos con asuntos de verdadera enjundia.

Con los preliminares de rigor da comienzo el último arco argumental que hilvanó el tándem Millar-Hitch, despidiéndose de la colección a lo grande. Para ello fijaron sus ojos en el gran caracter que es Víctor von Muerte. Los autores plantearon una historia de legado pues, ¿era un personaje forjado a sí mismo o tuvo alguien que le asignó una senda? La respuesta fue que nos presentaron al maestro de Muerte, un ser que se movía por la dimensiones a su antojo conocido como el Marqués de la Muerte. Asistimos a un juego entre Víctor y su maestro, una lucha de poder entre ambos que va involucrar a los 4 Fantásticos aunque les pese. El Marqués no se siente impresionado por la labor de Doom por lo que le pide explicaciones, que por otra parte nuestro Víctor no está dispuesto a dar.

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Imagen del Maestro de Muerte

Para entender mejor este ciclo es necesario recordar otra serie limitada del guionista llamada Marvel: 1985. En ella Millar nos hablaba de una realidad que mezclaba la mitología de una época muy real como es el año 1985 con la interacción de héroes y villanos Marvel. Un mundo normal asediado en un momento por personajes salidos de los cómics que leían la chavalería de aquellos años (¡¡presente!!). La clave de todo aquel entuerto era un personaje llamado Clyde Wyncham, alguien con tanto poder, único en su especie, que posibilitó la entrada y salida de personajes Marvel en un universo libre de superhéroes. Pues bien, la conclusión de lo que ocurrió con el tal Wyncham lo tenemos en este arco argumental del “Maestro de Muerte”, por lo que para una correcta comprensión de la trama se antoja fundamental la lectura de 1985.

La etapa Millar-Hitch no ha pasado a la historia como una de las fundamentales en los anales de la Primera Familia. No se puede negar que juega con los grandes temas de los Fantásticos, la ciencia ficción, la dinámica familiar o los grandes villanos como el Dr. Muerte. Pero a estas alturas se notaba que su principal baza era la espectacularidad, por momentos casi vacua, pensada para el lucimiento de Hitch, con grandes amenazas más que el tratamiento de personajes. Hay intentos de dotar de trasfondo romántico a gente como Ben Grimm, con pedida de mano incluida, enfrentar a Johnny con una relación cercana a lo ilegal con Psiónica o la jugada a tres bandas que supone el triángulo Reed-Sue-Alyssa. Pero se antoja un poco bagaje para tan amplias posibilidades. Millar declaró en su momento que esta etapa era su gran carta de amor al trabajo de Stan y Jack. De toda formas, el escocés lo toma en el sentido no de homenaje directo a sus historias, sino que “si ahora tuvieran treinta y tantos este sería su cómic desde la viñeta tres”. Las razones están claras según Millar ya que “la mayor lección que podemos aprender de la etapa Lee y Kirby es que debemos hacer tebeos a nuestra manera”. Y eso es algo en lo que se ha especializado el bueno de Mark, dando lugar a su propia compañía de producción en el noveno arte donde todo ocurre según sus reglas, Millarworld, con gran éxito y aceptación, hay que decir.

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Los 4 Fantásticos de FOX

En los tiempos lejanos en que Marvel entró en crisis, llegando hasta la bancarrota, la compañía cinematográfica FOX se hizo con los derechos de varios personajes Marvel para explotar en la parcela audiovisual. De todas aquellas adquisiciones solo le quedan el entorno mutante, con pingues beneficios para la productora, y los 4 Fantásticos. Después de hacer dos producciones en el pasado, dirigidas por Tim Story, que no llegaron a calar en el aficionado, se han puesto de nuevo en marcha para dar salida a una renovada cinta en aras de no perder los consabidos derechos. Y para ellos han desmantelado todo lo construido y han decidido empezar de nuevo. Película de origen para descubrir quiénes son los 4F. El nuevo director, Josh Trank, ha prometido que la esencia de la Primera Familia se va a mantener, a pesar de que haya muchos aspectos accesorios que sean modificados. El juicio sumarísimo va a llegar en breve, por lo que pronto tendremos argumentos suficientes para decir si este reboot ha merecido la pena o no.

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No se puede negar que ha habido muchos aspectos controvertidos que han generado no pocas susceptibilidades al aficionado. Sin entrar en debates raciales (que por esto lares nos podemos tomar a risa pero que en EEUU pueden obligar a un Editor Jefe a dar explicaciones; sirva como ejemplo el reciente caso de las Hip Hop variants), la elección de Michael B. Jordan por puro amiguismo o los cambios innecesarios en un personaje tan potente como el Dr. Muerte han incendiado la red, con opiniones para todos los gustos. Tanto el casting como el director y productor se empeñan en defender la película contra todo ataque, cuando todavía no está ni estrenada, y eso se nota en aspectos como el embargo de las críticas especializadas hasta el día del estreno. Para Simon Kinberg este film debe significar como sería un grupo popular de superhéroes, según el productor, lo que siempre ha definido a los 4F. Explorar conflictos entre personajes, que probablemente sean ampliados en sucesivas continuaciones. Siempre que las cosas vayan bien, Simon. Si Fantastic Four alza el vuelo y se convierte en franquicia de éxito es algo que veremos en el futuro. De momento, sentarnos y disfrutar con el renovado origen de los Fantásticos.

Vía Zona Negativa http://www.zonanegativa.com/las-influencias-de-mark-millar-en-los-4-fantasticos-de-fox/

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